lunes, 24 de agosto de 2015

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No me gusta recordar el pasado pero a veces veo necesario el poder expresar como he cambiado. Me arrepiento de los años que estuve ausente, los he perdido, aunque estuviera recuperándome. Por lo que ahora disfruto todo y más.
Aún no estoy recuperada del todo pero ahora si sé que es volver a ser feliz, a estar contenta a que mi vida no dependa del estado de animo que tenga.

Hay circunstancias que cambian la vida, circunstancias que quizás ni siquiera tengan que ver contigo y eso todavía complica el poder entenderlas.

Mi historia empieza con una noticia en un telediario. Como cada día, desgraciadamente, nos encontramos noticias de parejas, exparejas en las que su historia acaba mal a causa del hombre.Mostramos atención, nos frustramos, nos enfadamos pero ¿Qué pasa cuando te das cuenta que hablan de personas conocidas, de personas queridas por ti? Que se te cae el mundo.
Te llenas de preguntas, te quedas en shock. En mi cabeza solo se repetía las palabras "No puede ser".
Cuando conseguí reaccionar fui directa a internet y ahí estaba en la prensa digital, con sus fotos. Con la foto del ángel que forzadamente se había ido antes de tiempo y al lado, él, quien se lo arrebato todo.
Aún a día de hoy no siento que sea mi historia, no me siento con el derecho de poder contarlo,
Los días siguientes fueron horribles, todo el mundo hablaba del tema y lo único que puedes hacer es callarte. Escuchas verdades, escuchas mentiras, diferentes versiones sobre quien es el bueno y quien es el malo. Y total, de que sirve eso? Nada puede justificar arrebatarle la vida a una persona.

Yo no estaba haciendo nada con mi vida, solo iba guiada por la gente de alrededor. Cuantos mas estudios mejor, cuanto mas seas mejor y en eso estaba. 
Mi vida dio un vuelco y no sabía que me estaba pasando. Una parte de mi se fue con ella.

Antes

Llevaba en un sueño permanente muchos meses, demasiados días.
Una persona asustadiza ante cualquier cambio que implique sentir. 
Y ahora, todo su mundo se movía de nuevo. 

Antes...



De un día para otro todo se apaga, levantarme de la cama supone un esfuerzo demasiado grande y doloroso. La rutina que tenia, que me gustaba empieza a hacerse difícil, Tenía la gran virtud, desde mi punto de vista, de no empatizar con nada ni nadie y de repente, me vuelvo una llorona.
Me alejo, me alejo de todo el mundo, no tengo ganas de hablar con nadie. ¿Para qué? Si total, no conseguía sentirme mejor con ello.
Poco a poco dejo de sentir. ¿Sabes esa sensación tan gratificante de llegar a casa y que tengas tu comida favorita? Pues justo esa, entre otras, desaparece. Salgo con mis amigos y amigas, se ríen, se divierten y mientras yo solo puedo intentar fingir. Nunca he sido demasiado buena mintiendo y para sentirme incomoda, dejo de salir.
Y tienes dos opciones, te quedas como estas o luchas. Te quedas callada o pides ayuda. Yo nunca he sido de pedir ayuda pero note que algo iba demasiado mal y la pedí.
Ahí empezo la mayor lucha de mi vida, hasta el momento. Como conseguir salir de una depresión.